Las bibliotecarias

José Javier Rojas


Hay una escuela y todo, en la UCV. Pero yo no creo que ellas vengan de ahí. Ellas son una raza distinta, venida de otro planeta. Un planeta de tinta, papel, cola, hilo, cuero, microfilme y pergamino. Son demasiado distintas de las demás mujeres. No solo son bellas, cuando lo son lo son y mucho, sino que tienen una cualidad distinta que las separa de las mujeres comunes. Cuando saben, y por lo general saben, saben mucho y mejor que los demás, porque lo que saben lo comparten y se nota que lo comparten con gusto. El suyo es un placer nutricio y vital que mana de ellas como de las madres amorosas cuando lactan: su paz beatífica envuelve y da solaz al atribulado que busca en su consejo salir de la incertidumbre de si existe tal o cual incunable o cómo dar con una referencia que valide su investigación que va agarrada por los pelos y apenas si se sostiene. No te restriegan sarcásticas en la cara lo que saben, que ni pretenden castrarte con el filo del marco del título de su MBA o aplastarte las bolas con su tesis de doctorado para demostrar nada ni saldar ninguna cuenta. Estas son mujeres diferentes, porque aunque sean estrictas amas y señoras en sus dominios de silencio, estanterías y ficheros, son cómplices que nos alcahuetean y nos dejan ser, explorar y jugar apenas a cambio de un mínimo de cortesía y sindéresis.

Antes creía que las bibliotecas no podían existir sin libros, pero la verdad es que las bibliotecas no pueden existir sin bibliotecarias. En mi colegio hubo libros, estantes y ficheros, pero no supe lo que era una biblioteca hasta que llegué a la universidad. Ahí conocí a mi primera bibliotecaria. Fue entonces cuando supe que había llegado a una biblioteca al ver cómo ese universo de libros, revistas y documentos giraba y tenía sentido porque ella se lo daba. Mucho antes había oído en televisión a Carl Sagan hablar en su serie Cosmos acerca de Hipatia, la bibliotecaria de la Biblioteca de Alejandría, pero no fue hasta que me encontré con mi primera bibliotecaria y la vi en acción de Suma Sacerdotisa que entendí de qué iba la cosa esa de las bibliotecas. Las bibliotecas son templos donde oficia el conocimiento, y las universidades apenas si están puestas ahí para servirlas, y no al revés, como equivocados se creen quienes pasan por ellas tan de prisa como pueden (evitando, por supuesto, visitarlas, y lo peor es que muchos hasta lo logran, de ahí que haya tanto salvaje titulado y colegiado. Firme aquí, doctor).

Roald Dahl puso a la señora Phelps, la bibliotecaria, en el camino de los pasitos de Matilda, su telequinética heroína y lectora furibunda, para que la orientara en sus primeros viajes entre los mares de páginas. Hay por fortuna muchas señoras Phelps repartidas por el mundo, quienes anónimas casi todas, ven zarpar desde sus muelles con una sonrisa a innumerables Matildas que no se resignan a crecer en un mundo de ígnaros negados a otra cosa que no sea aturdirse con consignas políticas o con lemas comerciales. Las señoras Phelps están luchando todos los días por hacer lectores de niños embrutecidos por la negativa de sus padres a acercarlos a otra cosa que no sean manuales contables y máquinas registradoras. Sin las señoras Phelps, sin las bibliotecarias que mantienen a raya a los bárbaros, hace rato que las murallas habrían sucumbido ante sus embates. Las bibliotecarias son, en conclusión, nuestra última esperanza y la verdadera diferencia entre la barbarie y la civilización.

Tengo el honor de conocer a una de las mejores de todas ellas. Se llama Alice Boscán de Antonini, y en sus sesenta años de docencia, tiene casi treinta dedicados a ser bibliotecaria. Me atreví a nombrarla porque no quiero pasar por el mundo sin dar testimonio de la suerte que tuve de conocerla. Si alguna vez visita una biblioteca, ojalá tenga usted la buena fortuna de conocer a una bibliotecaria como ella. Tenga la seguridad de que se dará cuenta si tal es el caso, porque su vida se enriquecerá de formas que no hay manera de expresar.

12 comentarios:

  1. http://www.bibalex.org/English/index.aspx

    http://www.europeana.eu/portal/index.html

    http://books.google.com/

    http://www.gutenberg.org/wiki/Main_Page

    http://www.bl.uk/

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  2. http://www.wdl.org/es/

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  3. Que bonito Articulo !! felicitaciones

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  4. Hola!!! maravillosa reflexión , gracias por lo que nos toca!!!!

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  5. aparte de cursi es de una igenuidad supina la verdad es que muchas de las personas responsables o colaboradores de una biblioteca apenas saben expresar una idea, eso de que saben mucho es una caricatura vetusta de pésimo gusto y una falacia absoluta. jajajaj al menos es chistoso el escrito pero nunca tanto.

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    1. bárbaro descrito

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    2. Estimado don nadie anónimo: yo soy Bibliotecaria, y puedo decir con orgullo que este artículo me parece hermoso. Si ud. tanto reclama gracias a su mala experiencia, no es culpa de quiénes hacemos bien el trabajo que amamos que tenga ese juicio y su poca inteligencia queda demostrada al quedarse sólo con su mala experiencia, sin ser capaz de sacarse ese prejuicio absurdo y basado en la total ignorancia. Pero hay que ver: por algo le fue más fácil opinar desde el anonimato.

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  6. Soy Bibliotecaria, y me reí de buena gana... pq si... somos así!... jajaja Gracias!

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  7. Qué bueno! lo digo porque hay poco reconocimiento a nuestra labor...al alma que le ponemos a nuestro anónimo trabajo. Y ese señor que encontró cursi el artículo y habla pésimo de esta labor...me da lástima que tenga esa mala experiencia y no haya tenido la suerte de encontrar a un buen profesional que son los que abundan en una Biblioteca. Mónica Jofré

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  8. es grecioso constatar que algunas personas reaccionan como si se les estuviera insultando o reprochando algo de manera personal, esta seudo respuesta de la señorita o señora o bibliotecaria o lo que fuese reafirma mi opinión. Le aclaro que mi comntario no es un reclamo como usted de manera errada menciona, mi comentario responde a una opinión personal que sostengo porque apunta a una generalidad basada en la experiencia en distintas bibliotecas ya sea en Chile como en el extranjero y claramente las nacionales dejan mucho que desear y repito creo que se debe a la deficiente formación profesional de los bibliotecarios en chile, digo bibliotecarios para que no se ofendan los bibliotecólogos pero no creo, ya que dudo que un profesional dedicado a a la investigación y la ciencia esté ocupado en responder las opiniones vertidas por un segundo sobre la calidad claramente cuestionable de un texto que hace una alegoría ridícula de un oficio tan simple (no lo digo despectivamente, espero que lo pueda comprender) como el de un bibliotecario, por último si la opinión es anónima o no carece de importancia lo importante es lo que se plantea no quién lo plantea, más aún si es en un blog donde cualquiera escribe lo que se le da la gana Ej: Hola!!! maravillosa reflexión , gracias por lo que nos toca!!!! Que bonito Articulo !! felicitaciones y cosas por el estilo le repito señora o señorita bibliotecaria sensible y sabia hacer un trabajo es eso y nada más si usted trabaja con libros o documento o bases de datos que contienen información no es un plus suyo digamos que es una circunstancia espacial y para terminar en algo estoy de acuerdo con usted es muy fácil opinar pero sólo para los que tienen una idea clara los que no chillan y patalean como si se les estuviese ahí donde parece que a usted le duele y se ve menoscabada.

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  9. Me hiciste reír y sonrojar… Cualkier persona ke se lleve es impresión de nosotras tras estar en el mesón, hace ke valga la pena seguir haciendo esto ke nos hace felices..

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